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Jerez y sus históricas bodegas siempre ocupa un lugar destacado en la consideración de quienes aprecian el vino. Su singular tipicidad, diversidad, rica historia y, sobre todo, su sabor inconfundible, impregnado de un intangible tan significativo como el tiempo.
Después de atravesar un periodo de cierto letargo, Jerez experimenta un vibrante renacimiento; una realidad respaldada por notables movimientos e inversiones en el sector vinícola y del brandy. Estos acontecimientos son una clara señal de que el futuro sonríe a sus vinos y brandies, y plantean la posibilidad, con el tiempo, de explorar también el mundo del whisky a gran escala.
Un hito trascendental en el panorama económico de Jerez en las últimas dos décadas fue la adquisición en 2016 de Bodegas Domecq, ahora Bodegas Fundador, por parte del grupo Emperador, el principal productor y comercializador mundial de brandy. Este grupo amplió su cartera en 2018 al incorporar las bodegas Garvey y otros activos.
Además de las venerables bodegas históricas, Bodegas Fundador gestiona en la actualidad 300 hectáreas de viñedos en el marco, incluyendo 200 en el icónico pago Macharnudo y la destacada destilería del grupo en Tomelloso. La elección del nombre, Bodegas Fundador, Brandy & Sherry Company, revela una declaración de intenciones al poner el brandy en primer lugar. Esta decisión, atípica hasta la fecha, está respaldada por la realidad de Grupo Emperador, propietario de Bodegas Fundador, que ha llegado a vender 30 millones de cajas de brandy (de 12 botellas), ostenta el título de mayor productor de brandy del mundo, con una cuota de mercado estimada del 50%. Su impacto comercial también se extiende al vino, al ser Harveys la marca de sherry más vendida del mundo, destacando Harveys Bristol Cream, y sus más de 300.000 cajas vendidas anualmente.
UN POCO DE HISTORIA, QUE EN JEREZ ES MUCHO DE VINO Y BRANDY
Nos remontamos a 1730, fecha que marca el inicio de la leyenda. El irlandés Patrick Murphy compra la bodega “el molino” para iniciar el comercio de vino con su país natal. Entendemos que si en 1730 compra la bodega, esta tiene un origen anterior que está por datar.
El sr. Murphy se asoció con el francés Jean Haurie Nebout que llega en 1740 a Jerez y cinco años después entra a gestionar la bodega fundada por Murphy.
En 1764, tras el fallecimiento de Murphy, Jean Haurie hereda y asume la dirección de la bodega, continúa desarrollando en negocio y en 1791 constituye “Jean Haurie y Sobrinos” incluyendo a sus cinco sobrinos que, tras el fallecimiento de éste, se hacen cargo de la bodega y continúan un periodo de crecimiento hasta la guerra de la Independencia Española por la invasión francesa.
Con el siglo XIX, muchos problemas en la empresa, Pedro Domecq Lembeye, nacido en Jerez y formado entre Londres y París, primo de Pedro Lembeye Hayrie, uno de los cinco socios de Juan Haurie y Sobrinos, compra la empresa a sus primos y la renombra como Pedro Domecq.
El inicio de los DOMECQ
Corría el año 1822 y daba comienzo de forma definitiva la gran expansión y el éxito que llevaría a convertir a la firma Domecq en la más importante del marco de Jerez. La labor de Pedro Domecq Lembeye es continuada por Pedro Domecq Lustau, que es quien incrementa más aun los activos de la empresa convirtiéndola en la de mayores existencias de vino de jerez en 1857. En este periodo, compran a un fabricante francés alambiques para destilar vino.
Cuenta la historia de los Domecq que, en 1866, un cliente le encargó una partida de aguardiente de vino que fue almacenado en botas (barricas) de madera. Transcurridos 5 años, el pedido no se retiró y al comprobar la calidad que había adquirido el aguardiente, muy parecido al cognac, decidió comercializarlo, siendo el génesis del brandy Fundador.
A título personal, pienso que, conociendo el origen francés de los Domecq, el negocio del Cognac lo debían de tener bien presente, no en vano, sus alambiques venían de Francia. También puede ser que aprovecharan los alambiques para destilar un exceso de producción. De cualquier forma, fue uno de los aciertos que más prosperidad ha traído al marco de Jerez, también en las zonas donde se produce el vino que se destila.
Según las crónicas, en 1880, con la buena marcha del mercado del brandy, Pedro Domecq llega a Tomelloso para instalar una destilería que, en su época, fue la de mayor producción de la localidad. Alcoholes que posteriormente viajaban a Jerez para el envejecimiento en sus “sherry cask” y la comercialización de su afamado brandy. También, para encabezar sus vinos.
Tras más de un siglo de éxito, en 1994 la familia Domecq vende al grupo francés Allied Lyons la totalidad de sus bodegas y destilería, cambiando la denominación a Allied Domecq. Tras diversas ventas y adquisiciones por grupos internacionales, es en 2016 cuando el grupo Emperador de origen filipino y mayor comercializador de brandy del mundo, compra las bodegas y destilería, cambiando la razón social a Bodegas Fundador en honor al primer brandy de España.
Mucha historia y más futuro.
La adquisición del grupo Emperador ha sido un auténtico revulsivo, no en vano, conocen como pocos el sector del Brandy y el Jerez, aunando la que probablemente sea la bodega más antigua de la ciudad: Bodega el molino y la más monumental: Bodega La Mezquita.
Este proyecto se basa en algunos de los viñedos más exclusivos, como el pago Macharnudo, destinados a la elaboración de sus vinos de Jerez bajo la histórica marca Harveys, establecida en 1796. La combinación de esta rica historia, un conocimiento profundo del marco, el cuidado en el tiempo de las soleras y la consolidación mediante adquisiciones, da como resultado, un catálogo de vinos con marcada tipicidad, que abarcan desde el fino hasta el oloroso, amontillado o palo cortado, en cuanto a vinos secos. Además, se destacan los afamados Harveys Medium Dry y Harveys Bristol Cream.
En el ámbito del brandy, Fundador se erige como la marca por excelencia, ofreciendo tanto su gama clásica como la “Colección Fundador” de 12, 15 y 18 años, marcando un camino hacia la premiumización del brandy.
Una visita a Bodegas Fundador no solo proporciona una experiencia vinícola, sino que también ofrece un vistazo a los cimientos del vino en el marco de Jerez. La llegada de inversores extranjeros no solo representa una inyección económica, sino también una exposición internacional para los vinos y brandies, que sin duda recuperarán el reconocimiento que merecen.
Con respecto al brandy, como consumidor y conocedor, me erijo como un defensor ferviente del destilado más noble. Aplaudo las iniciativas destinadas a valorizar la imagen del brandy, otorgándole visibilidad, accesibilidad y, al mismo tiempo, creando una gama aspiracional que augura un futuro promisorio para la marca.
Visita realizada el 22 de Noviembre de 2023.
Mi agradecimiento a Sergio Cano por coordinar la visita y especialmente a Salvador Real por llevarme a viñedo, acompañarme en la visita a bodega, catar sobre barricas y la comida final en La Tapería Fundador, más que recomendable.
Este artículo no responde a interés comercial ni se ha cobrado por ningún concepto a las marcas mencionadas.
Joaquín Parra, Wine Up! ©2023
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