Hace unos meses abrió en Albacete uno de los mejores espacios gastronómicos de Castilla-La Mancha: D-Origen. Un espacio luminoso, decorado con mucho gusto y sobre todo criterio. Es la suma de un pequeño mercado gourmet con restaurante en donde el vino y los destilados tienen gran protagonismo.
Su propio tostadero para café, su propio café ya que tienen plantación en Panamá. También elaboran el AOVE Dama de Elaia, una finca localizada en el Baix Ebre (Tarragona) con olivos centenarios de las variedades farga y morrut.
El restaurante hace la compra en el propio local, donde llegan las mejores frutas, verduras o embutidos además de otros productos como aceites, conservas y multitud de productos gourmet. Sin duda, un lujo para el equipo de cocina que bien sabe sacar provecho con unas propuestas en las que prima el producto, destacando la carne de rubia gallega y rouxa d’or.
Destaca una bodega con más de 700 referencias de vino nacional e internacional y destilados de primer nivel seleccionados por Salvatore Carta, el italiano más manchego que podemos encontrar y buen amigo de Wine Up.
Con esta presentación, el Wine Up Tour tenía que pasar por D-Origen y tras intensos días en FENAVIN donde ha sido la empresa con más actividades dentro del programa de la feria, quiso llevar su propuesta de enoturismo inverso a Albacete.
Tras varias reuniones y conversaciones, se preparó un menú de excelencia para los vinos propuestos que disfrutaron las más de 60 personas que acudieron a la cita.
La cena comenzó con Vermouth Rojo La Copa de González Byass que se acompañó con mejillón Ramón Franco en escabeche. Un vermouth equilibrado e intenso, en nariz un carácter cítrico y de hierbas aromáticas. En boca, saca su carácter de vino de jerez que te hace disfrutar con un amargor medio y retrogusto intenso.
Dos vinos excelentes de la bodega más visitada en Galicia. Pazo de Rubianes 2017 albariño y Pazo de Rubianes 1411 2017 albariño sobre lías de Pazo de Rubianes (D.O. Rías Baixas) armonizado con Berberechos de las rías gallegas con espuma de cítricos y Tartar de salmón noruego ahumado y caviar de esturión.
Los berberechos con espuma de cítricos tenían todo lo bueno del mar que con Pazo Rubianes te llevaba en la memoria a través de los aromas y el sabor a las Rías Baixas. El Tartar de Salmón, probablemente sea el mejor que haya comido nunca, por la buena ejecución pero también incluye el vino que lo acompañaba. En ambos casos, destaca una nariz cítrica, mineral y de flores blancas. En boca buena acidez y estructura que se potencia con la intensidad del retrogusto. Vinos parecidos pero en los que el paso por lías de 1411 aporta una estructura y untuosidad superior en boca.
En Rioja también se encuentran grandes vinos blancos. Conde Valdemar Tempranillo Blanco 2018 de Bodegas Valdemar (D.O.Ca. Rioja) se armonizó con un plato estrella, el pulpo a feira. Los comensales quedaron sorprendidos por la frescura e intensos recuerdos de flores blancas y fruta como la pera o la manzana. Un vino blanco que abre el camino a otros blancos riojanos. Valdemar es la bodega que más años lleva trabajando la Tempranillo blanco, eso es un plus para comprenderla mucho mejor que el resto.
Los siguientes vinos se sirvieron a dúo, el maridaje o armonía se comprende mejor cuando se experimenta el mismo plato con dos vinos. El plato propuesto eran unas sublimes croquetas de carrillada. Textura y sabor irrepetibles… hay que probarlas! Para ello, jugamos con dos vinos sublimes de Castilla-La Mancha. La delicadeza y carga frutal de La garnacha de la madre de Bodegas más que vinos (VT Castilla) y la intensidad y estructura de Bisiesto Cabernet 2012 de Bodega Soledad (D.O. Uclés). Dos vinos que muestran dos versiones diferentes con una perfecta ejecución. La garnacha era intensa en nariz destacando una boca fresca, cargada de fruta roja y muy persistente. Una de las mejores garnachas de la región. Con respecto a Bisiesto Cabernet, también hablo de la mejor versión de un cabernet Sauvignon en la región y de las mejores de España. En nariz balsámico y cargado de especias que en boca aportan frescor, tanino noble que juega con la textura de la croqueta para dejar un final de boca sorprendente e intenso. Para gustos los colores, yo me quedo con los dos vinos.
No es que vayamos de menos a más, pero en el servicio del vino hay que ir ganando en estructura e intensidad, y estas dos son entre otras más las virtudes de Conde Valdemar Reserva 2011 de Bodegas Valdemar (D.O.Ca. Rioja) y Verum Tempranillo reserva de familia 2010 de Bodegas Viñedos Verum (Vino de la tierra de Castilla). El plato que nos proponía D-Origen era un canelón de buey con salsa de nueces y trufa. Sin duda un acierto, un plato intenso, sabroso con el toque terroso que aporta la trufa que se vio recompensado en la armonía con ambos vinos. De Conde Valdemar Reserva destaco la frescura, el tanino pulido, sedosidad y persistencia. Un reserva que crea afición. De Verum Tempranillo reserva de familia destaco la elegancia e intensidad. Probablemente sea el cencibel (tempranillo) más premiado de Castilla-La Mancha. Una nariz intensa en la que destaca la fruta roja y mineral que da paso a una boca con tanino noble, estructura y frescura (para un vino de casi 9 años). Para repetir vinos y plato.
Después de la selección de vinos, había que terminar con algo ligero y refrescante. Hasta hacía poco no conocía Croft Twist fino de González Byass, pero en cuanto lo bebí, tuve claro que merecía la pena “contarse”, disfrutarse. Viene a ser un “coctel” de vino a base de fino con baja graduación y ligeramente carbónico que se acompaña de aromas de hierbabuena y menta. Es una versión mejorada del “rebujito” que disfrutamos con la tarta de lima D-Origen.
Es complicado resumir una cena con 9 vinos, me quedo con muchas cosas en el tintero, pero recomiendo que si pueden, prueben todos y cada uno de los vinos que participan en el Wine Up Tour.
Aprovecho estas últimas líneas para a gradecer a César y Salvatore (D-Origen) su hospitalidad y profesionalidad, llegado este punto, también reconocer el perfecto servicio de vinos con cambio de copas incluidas (180 copas en rueda).
Gracias a todos los asistentes pero sobre todo, a las bodegas que confían en el proyecto del WINE UP TOUR.
Por muchos años más… Wine Up!, God Save The Wine!
