La directora del Grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia-CSIC es la primera investigadora del sector agrario que recibe este reconocimiento junto a prestigiosos científicos como Mariano Barbacid, Pedro Cavadas o Francis Mojica, entre otros
La pionera labor de investigación de la Dra. Carmen Martínez en la recuperación de variedades autóctonas de vid, en el estudio de la sensibilidad a enfermedades fúngicas, del comportamiento en campo de las plantas de vid multiplicadas por cultivo in vitro o del aprovechamiento y puesta en valor de los residuos vitivinícolas, ha sido destacada por un jurado científico, que ha elegido a la directora del Grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia-CSIC para formar parte de la Selección Española de la Ciencia 2016, junto a prestigiosos investigadores de diferentes áreas de conocimiento como Mariano Barbacid, Pedro Cavadas, José Manuel Galán, Miguel Delibes de Castro, Francis Mojica, o Manel Esteller entre otros.
En sus treinta años de trayectoria profesional, Carmen Martínez ha contribuido a impulsar el sector vitivinícola desde el ámbito científico localizando, describiendo y recuperando variedades de uva desconocidas y en vías de extinción y que, en la actualidad, se emplean en la producción de vinos de alta calidad consiguiendo uno de sus grandes objetivos: transferir el conocimiento científico al sector empresarial. También ha realizado estudios sobre la sensibilidad a enfermedades fúngicas de las distintas viníferas y sus mecanismos defensa frente a estos patógenos, el comportamiento en campo de las plantas de vid obtenidas mediante multiplicación in vitro, o el aprovechamiento y puesta en valor de los residuos vitivinícolas, según la variedad de vid de que se trate.
Carmen Martínez ha sido pionera en la utilización de técnicas de ADN para la descripción y variedades autóctonas, y en la selección de clones, como es el caso del Albariño. “Hoy en día todo el mundo conoce el Albariño, pero cuando comencé, en 1986, fue necesario recuperar los viejos ejemplares que quedaban aislados y dispersos por toda la geografía gallega, describir la variedad botánicamente y agronómicamente, realizar estudios sobre su nivel de resistencia a las distintas enfermedades que la atacan, etc”, explica la doctora, quien ha logrado seleccionar once clones, ejemplares centenarios de esta variedad, con características especiales en cuanto a resistencia a enfermedades, entre otros aspectos.
La directora del Grupo de Viticultura de la Misión Biológica de Galicia ha participado en numerosas actividades de divulgación científica, entre las que destaca el haber ha sido comisaria de la única exposición sobre el sector vitivinícola que se ha desarrollado en España: “La vid, el vino y el CSIC”, en el Jardín Botánico de Madrid, con la colaboración de Vega Sicilia, Marqués de Riscal, Grupo Estévez, Freixenet, Terras Gauda Abadía da Cova, Borsao, Alto Moncayo y Lustau.
Para su elección como miembro de la Selección Española de la Ciencia 2016 por la reconocida revista QUO, también ha sido fundamental el papel de la Dra. Martínez en la recuperación de la “viticultura heroica” en Asturias tras desarrollar un completo trabajo de I+D+i, cuyos resultados han permitido el despegue de un sector vinícola competitivo. “Cuando comencé este trabajo, incluso en Asturias eran muchos los que se reían de mí cuando les decía que estaba recuperando las variedades y la antigua viticultura de la zona”, comenta la Dra.
Determinar y localizar las variedades autóctonas, potenciar su conservación y establecer un sistema de selección clonal para su reproducción e introducción de nuevo en el mercado, fue el objetivo marcado en 1986. Tras determinar que las propias de esa zona son el Albarín Blanco, Albarín Negro, Verdejo Negro y Carrasquín y su inclusión en la lista oficial de variedades de interés comercial, la Dra. Martínez seleccionó y clonó aquellas que producen vinos de mejor calidad.
Por último, en este reconocimiento obtenido por la científica, que desde hace tres década ejerce su labor en Galicia ha tenido también especial importancia su estudio sobre las hojas de vid y racimos representados en los retablos barrocos de Galicia y Asturias, que permitió determinar a su equipo la antigüedad del cultivo de algunas de las principales variedades de vid, tanto blancas como tintas, en ambas comunidades autónomas.