Recaredo ha celebrado este sábado con gran éxito de afluencia “Una cata de narices”, una convocatoria dirigida mayoritariamente a clientes particulares para conmemorar que el organismo independiente Bureau Veritas certifica desde hace diez años los procesos de elaboración en Recaredo -desde los viñedos y la vinificación en la bodega hasta la larga crianza en las cavas- para que sus vinos sean sinónimo de excelencia y respeto por el paisaje del que son originarios.
Bureau Veritas certifica a Recaredo en lo que respecta al cultivo de viñedos propios vendimiados a mano y trabajados manera ecológica y biodinámica; a la vinificación y elaboración en la propiedad de cavas con más de 30 meses de crianza; al uso de tapón de corcho natural durante la crianza, así como al aclarado a mano de las botellas en pupitres o al degüelle manual sin congelar el cuello de la botella.
Jordi Bort, director general del Institut Català de la Vinya i el Vi (INCAVI), destacó durante los parlamentos que Recaredo celebra con estos diez años “un compromiso único del cava”, mientras que Adrián Martínez, director general de Bureau Veritas Certification, ha incidido en el rigor y la autoexigencia de Recaredo en cada una de las fases de producción. Enric Vigas, presidente de la Confederación Europea del Corcho (Celiège), hizo énfasis en el compromiso histórico de Recaredo en el uso de tapones de corcho durante la crianza para preservar el sentido originario de sus cavas de larga crianza.
El acontecimiento, bautizado como “Una cata de narices”, contó con la presencia de los narices de oro Jofre Tarrida (Cal Pere Tarrida), Eduard Solà (Vins i Licors Grau), Montse Velasco (La Cuina del Guinardó), y sumiller David Seijas, que van dieron a conocer de una manera lúdica las añadas que Recaredo pondrá a la venta a partir del mes de noviembre. “Hemos querido organizar un evento divertido para celebrar un compromiso que de por si es muy serio”, explica Ton Mata, director general de Recaredo.